La potencia creadora de Dios,
desplegada en seis jornadas (en las que los elementos que armonizaron el cosmos
se vieron subordinados al hombre,
jerarquizado en la administración de los bienes terrenales, como el Señor de
las cosas), culmina con el descanso. No hay reposo si no hubo trabajo. Este
séptimo día simboliza la necesidad de recogernos sobre nosotros mismos, para
entablar el diálogo que renueva todas las fuerzas y ordena las potencialidades
donadas por el Creador.
Siete
fueron los días.
Siete
las direcciones del espacio. Las seis existentes más el centro. Formado por el
4 (espacialidad terrestre de lo situacional, de los límites externos naturales),
y por el 3 (síntesis de lo espiritual)
Siete
son los pecados capitales.
Siete
las virtudes: 4 cardinales y 3 teologales, participadas a los hombres por Dios.
Siete
fueron las plagas de Egipto.
Siete
corresponde a la cruz tridimensional. Símbolo del dolor.
Siete
las últimas palabras de Jesús.
Siete
los dolores de la Virgen.
Y
exactamente igual, los matices del Cerro Siete Colores de Purmamarca (Jujuy).
Con
este número perfecto que tanto tiene que ver con “PUNTO CARDINAL”, concebido desde lo Cósmico y lo Crístico, terminamos el
recorrido imaginario de nuestro suelo.
Nos
hemos detenido en algunos rincones de su espacio territorial, con la mirada
puesta en la belleza de la creación y en toda su potencia.
Lo poético habita la conciencia.
Alabanza
a la creación y vuelo de sentimientos que esperan agazapados, a fin de poder manifestar el
asombro que construye el ser argentino.
De
Norte a Sur, de Este a Oeste. Todo converge al centro, al origen. Al comienzo.
Es el círculo de la vida que camina sobre la temporalidad. Es golpear la puerta
de la Eternidad, para completar el goce iniciado. Es la partícula humana,
indestructible, como un hueso duro, durísimo al que una parte del alma se
mantiene unida desde la muerte a la resurrección.
7(siete): simbólicamente los
números tienen un nexo interior con la cosa a la que se refieren. Por una
relación mística entre lo contado y el número. Ya Aristóteles habló de la
estructura cualitativa del número en contraposición al carácter amorfo de la unidad
aritmética. Dic. de Símbolos de Juan Eduardo Cirrlot ( Edic. Siruela)
la furia derramada
¿potencia en acción?
colores con vida propia
se recuestan en las laderas
corren por los valles
vuelan
toman formas caprichosas
pincel
de la deidad creadora
perfección
la armonía
y mucho más
La
complementariedad de los opuestos surge de cada gesto (intervención) del
Creador. No hay luz si no es posible compararla con el ocaso de la noche. No
hay paraíso sin infierno. Son las cuatro direcciones en que la vida se ejerce.
Alteración del paraíso cuando transcurrimos la noche oscura del alma (San Juan
de la Cruz).
Es
la libertad del hombre que en el error encuentra el camino. El aprendizaje de
elegir lo que nos libera de ataduras y poder apreciar los colores de la
Creación, tal cual fue diseñada. Montañas, picos, ríos, desiertos y la
inmensidad del mar en el que confluyen todos los ríos de vida.
Somos
su creación, su desprendimiento que late en busca de lo eterno.
El
siete para los egipcios signo de vida eterna. Simboliza un ciclo completo, una
perfección dinámica. Cada período lunar dura siete días y los cuatro períodos
del ciclo lunar (7 por 4) cierra el ciclo.
El
número siete es característico del culto de Apolo; las ceremonias apolíneas se
celebran el séptimo día del mes.
En
la China las fiestas populares tenían lugar un séptimo día.
En
innumerables tradiciones y leyendas griegas aparece el número siete: Las siete
puertas de Tebas, los siete hijos y las siete hijas de Níobe; las siete cuerdas
de la lira; las siete esferas etc.
Las
circumambulaciones de la Meca comprenden siete vueltas. Se encuentra expresado
si se le añade el centro , en el hexagrama (sello de Salomón).
La
semana comprende seis días activos más un día de descanso, representados por el centro; el hexagrama tiene seis ángulos, seis lados o
seis brazos de estrella desempeñando el centro el papel del séptimo; las seis
direcciones del espacio tienen un punto medio o central, que da el número
siete. Simboliza la totalidad del espacio y la totalidad del tiempo.
Asociando
el número cuatro, que simboliza la tierra (con sus cuatro puntos cardinales) y
el número tres, que simboliza el cielo, el siete representa la totalidad del
universo en movimiento.
El
septenario resume también, la totalidad de la vida moral, adicionando a las
tres virtudes teologales, fe, esperanza y caridad, las cuatro virtudes
cardinales, prudencia, templanza, fortaleza
y justicia.
Los
siete colores del arco iris y las siete notas de la gama diatónica revelan el
septenario como un regulador de las vibraciones, vibraciones que para muchas
tradiciones primitivas constituyen la esencia de la materia.
Hipócrates: “El número siete, por sus virtudes
escondidas, mantiene todas las cosas en el ser; dispensa vida y movimiento;
influya hasta los seres celestiales.”
“Creado
que hubo el mundo en seis días. Dios descansó el séptimo e hizo de éste un día
santo: el sabbat no es pues un reposo exterior a la creación, sino su
coronación, su acabamiento en la perfección. Esto es lo que evoca la semana,
duración de un cuarto lunar.
En
el Islam, especialmente en el
ismaelismo, lo sólido posee siete lados
( las seis caras más su totalidad, que corresponde al sabbat). Todo lo
que hay en el mundo es siete, porque cada cosa posee una ipseidad y seis lados.
“De
Dios, corazón del universo, escribe San
Clemente de Alejandría, emanan las seis extensiones y las seis fases del
tiempo: en eso está el secreto del número siete”; el retorno al centro, al
principio, al acabar el desarrollo senario, completa el septenario.
El
número siete es casi universalmente el símbolo de una totalidad, pero de una
totalidad en movimiento o en un dinamismo total. Es como tal. la clave del
Apocalipsis ( 7 iglesias, 7 estrellas, 7 espíritus de Dios, 7 sellos, 7
espíritus de Dios, 7 sellos, 7 trompetas, 7 truenos, 7 cabezas, 7 plagas, 7
copas, 7 reyes. . . ).
Los
chinos relacionan las siete aberturas del cuerpo y las siete aberturas del
corazón. La lámpara roja de las sociedades secretas chinas tiene siete brazos,
como el candelabro de los hebreos.
Algunos
textos musulmanes citan los siete sentidos esotéricos del Corán respecto a los
siete centros sutiles del hombre. Se recordará que el yoga conoce también siete
centros sutiles (las seis chakra más el sahasrarapadma).
Siete,
número de los cielos, es también según Dante, el de las esferas planetarias, a
las cuales los cátaros hacían corresponder las siete artes liberales.
Se
ha señalado que el Buda naciente había medido el universo dando siete pasos en
cada una de las cuatro direcciones. Cuatro de las etapas esenciales de su experiencia liberadora corresponden a
paradas de siete días, cada una bajo cuatro árboles diferentes.
El
número siete es frecuentemente empleado en la Biblia: por ejemplo: candelabro
de siete brazos, siete espíritus reposando sobre la vara de José; siete cielos
donde habitan los órdenes angélicos.
Salomón
construye el templo en siete años (1Re 6,38). No solamente el séptimo día, sino
también el séptimo año es de reposo. Cada siete años los servidores son
liberados y los deudores eximidos. Siete se utiliza 77 veces en el Antiguo
Testamento.
Siete
implica sin embargo una ansiedad por el hecho de que implica el paso de lo
conocido a lo desconocido; un ciclo se ha completado, ¿cuál será el siguiente?
Cifra
sagrado entre los sumerios, es el hijo predilecto de la aritmología bíblica.
Por corresponder al número de los planetas, caracteriza siempre la perfección o
la divinidad.
La
semana tiene siete días en recuerdo de la duración de la creación (Gén 2,2s).
Si la fiesta pascual de los panes sin levadura comprende siete días (Ex 12,15)
es seguramente porque el éxodo es visto como una nueva creación, la creación
salvadora.
Por
esta razón siete es también la cifra de Satán, que se esfuerza por copiar a
Dios. Así la bestia infernal del Apocalipsis (13,1) tiene siete cabezas.
El
siete simboliza el acabamiento del mundo y la plenitud de los tiempos. Según
san Agustín, mide el tiempo de la historia, el tiempo del peregrinar terreno
del hombre. Agustín habla también de la pesca milagrosa que representa el fin
del mundo.
Cristo
está acompañado de siete discípulos y por eso mismo inaugura el fin de los
tiempos.
En
fin, el seis designa una parte, pues el
trabajo está en la parte, sólo el descanso significa el todo, pues designa la
perfección.
En
el Talmud, los hebreos veían también en el número siete el símbolo de la
totalidad humana. Macho y hembra a la vez; y esto por adición de cuatro y de
tres: en efecto, Adán, en las horas de su primer día, recibe el alma que le da
completamente existencia en la hora cuatro; es la hora siete cuando recibe a su
compañera, es decir cuando se desdobla en Adán y Eva.
El
siete es además una cifra sagrada para los mayas y los incas. En Africa. Entre
los turcos-mongoles, el siete es una cifra cósmica sagrada.
La fisiología mística, tan
característica del sufismo iranio, se funda igualmente en el septenario.
Autores
tales como Semañani distinguen siete órganos (o envolturas) sutiles, “que son cada una la tipificación de
un profeta en el microcosmos humano...”
El
primero se designa como el órgano corporal
sutil: se designa como el Adán de tu ser.
El
segundo corresponde el alma: el Noé de tu ser.
El
tercero es el del corazón: el Abraham de tu ser.
El
cuarto órgano sutil se refiere al centro, el secreto, el umbral de la
supraconciencia. . . es el Moisés de tu ser.
El
quinto órgano sutil es el Espíritu. . .
es el David de tu ser
El
sexto es el Jesús de tu ser.
El séptimo es el Mohamed de tu
ser (corl. 238s).
Diccionario de los símbolos de
Jean Chevalier y Alain Gheerbrant (Ed.
Herder)
God’s creative power, unfolded in six
days (in which the harmonizing elements of the cosmos were subordinated to men,
hierarchically arranged in the worldly goods as the Lord of things) ends with
the rest. There is no repose if there has not been work. This seventh day
symbolizes the need of secluding oneself, in order to start the dialogue, which
renews all the forces and reestablishes the potentials donated by the Creator.
Seven were the days.
Seven the directions in space. The six
existent and the centre. Formed by the 4 (symbol of the earthly space and the
worldly goods) and the 3 (synthesis of the spiritual life).
Seven are the Capital Sins.
Seven the virtues: 4 cardinal and 3
theologal, shared by God with men.
Seven were the Plagues of Egypt.
Seven belongs to the three-dimensional
cross. Symbol of pain.
Seven the last words of Jesus.
Seven the sorrows of the Blessed
Virgin.
And exactly the same, are the hues of
the Seven Colors
Mountain in Purmamarca (Jujuy).
With this perfect number, so much
related with “Cardinal Point”, conceived from the Cosmic and the Christian
point of view, we finish our imaginary journey through our land.
We stopped at some of the many corners
of our territory, looking after the beauty of creation. Poetry inhabits the
conscience.
Praise to the creation, flight of
feelings waiting to express the wonder of the argentine being.
From North to South, from East to
West. Everything converges to the centre, to the origin. In the beginning. The
circle of life walking through temporality, knocking the door of Eternity, to
complete the started joy. Human particle, indestructible, like a hard bone, so
hard, to which a part of the soul remains united, from death to resurrection.
7 (seven): numbers have,
symbolically, an internal nexus to the thing, to which they refer, because of a
mystical relationship between what is told and the number. Aristotle referred
to the qualitative structure of the number in confrontation to the formless
character of the arithmetical unit.
Dictionary of Symbols
Eduardo Cirrlot (Ed. Siruela)
spilled fury
power in action?
colors with own life
lay down on the hills
run through the valleys
fly
take capricious shapes
paint brush
of the creative deity
perfection
the harmony
and much else
The complementarity of the opposites
emerges from each of the Creator’s gesture (intervention). There is no light if
we can not compare it to the darkness of the night. There is no paradise
without hell. Four are the directions in which life is being done. Alteration
of the paradise when we go through the dark night of the soul (Saint John of the Cross).
Freedom of men, who find their way
through mistaking. Apprenticeship of choosing what makes us free and able to
appreciate the colors of Creation, just as it has been designed. Mountains,
summits, rivers, deserts and the immensity of the sea, where all the rivers of
life converge.
We are his creation, his beating
detachment in search of eternity.
Number seven is sign of eternal life
for the Egyptians. It symbolizes a complete cycle, a dynamic perfection. Each
period of the moon lasts seven days and the four periods (7x4) of the moon’s
cycle closes the circle.
Number seven is distinctive for the Appolo’s
cult; the appolonian rituals are celebrated on the seventh day of the month.
The popular celebrations in China took
place on a seventh day.
Number seven appears in many Greek
traditions and legends: the seven doors of Thebes, the seven boys and seven girls of Niobe;
the seven strings of the lyre; the seven spheres etc.
The rite of circumambulation in Mecca begins walking around the Ka'ba seven times. The seven appears in
the hexagram (Solomon’s seal) if we include the centre.
The week has six working
days and one resting day, represented by the center; the hexagram has six
angles, six sides or arms of the star, being the number seven the center; the
six directions in space have a center or central point represented by this
number. It symbolizes the totality of space and time.
Relating number four,
symbol of the earth (with its four cardinal points) and number three, symbol of
heaven, the seven represents the totality of the moving universe.
The septenary resumes also
the totality of the moral life, adding to the three theologal virtues (faith,
hope and charity), the four cardinal virtues (prudence, temperance, fortitude
or courage and justice).
The seven colors of the
rainbow and the seven notes of the diatonic scale reveal the septenary as a
vibrations regulator, vibrations that constitute the essence of the matter for many traditions.
Hypocrates: “Because of
its hidden virtues, the number seven keeps the being of all things; dispenses
life and movement; has influence even on celestial beings”
“God himself created the visible world
in all its richness, diversity and order, in six days of divine 'work',
concluded by the 'rest' of the seventh day. By the seventh day God had finished
his work; so on the seventh day he rested. And God blessed the seventh day and
made it holy, because he rested from all the work of creating.”
Then the Sabbath is not a rest outside
of creation but its perfect culmination. This is evoked by the week, lasting a
moon’s quarter.
In the Islam, specially in the Ismaelism,
the solid has seven sides (six faces and the Sabbath, which is the seven).
Everything in the world means seven,
because each thing possesses a selfhood and six sides.
Saint Clement of Alexandria writes: “from God, heart of the
universe, arise the six extensions, the six phases of time, this is the secret
of number seven.” The return to the center, to the beginning, completes the
septenary.
Number seven is, universally, the
symbol of the totality, a moving totality or a total dynamism. It is the key
for the Apocalypse (7 churches, 7 stars, 7 spirits of God, 7 seals, 7 trumpets,
7 thunders, 7 heads, 7 plagues, 7 cups, 7 kings…)
Chinese relate the seven openings of
the body with the seven openings of the heart. The red lamp of Chinese secret
societies has seven arms, such as the Hebrew candelabrum.
Some Muslim scripts refer to the seven
esoteric senses of the Koran in relation to the seven subtle centers of men.
There are also seven subtle centers in Yoga (six chakras and the last one,
called sahasrarapadma).
Seven, number of the heaven, is also
the number of the planetary spheres, according to Dante, and of the seven free
arts, according to the Cathars.
The young Buddha measured the universe
making seven steps in each one of the four directions. Four of the essential
periods of his liberating experience,
lasted seven days. Each one under
different trees.
Number seven is frequently used in the
Bible: candelabrum of seven arms, seven spirits of God, seven are the heavens
inhabited by the orders of the angelical hierarchy.
Solomon builds the temple in seven
years. Not only the seventh day is to rest, also the seventh year. Every seven
years the servants are liberated and the indebted are exonerated. Seven is used
77 times in the Old Testament.
Seven means the step from the known to
the unknown and within comes a state of anxiety for knowing what will happen; a
cycle has finished, which will be the next?
Sacred cipher for the Sumerians, the
favorite child of the Bibel’s aritmology. Because the seven belongs to the number
of the planets, it represents the perfection and divinity.
The week has seven days evoking the
duration of the creation (Gen 2,25). If the Christian
Feast Of Unleavened Bread
lasts seven days (Ex 12,15), it is because the exodus means a new creation, a
saving creation.
This is why the number seven is also
the cipher of Satan, who tries to imitate God. The infernal beast of the
Apocalypse (13,1) has seven heads.
Seven symbolizes the finishing of the
world and the completeness of the time. According to Saint Augustine, the seven measures the time
of history, the time of the earthly peregrination of men. Augustine refers also
to the miraculous fishing representing the end of the world.
Jesus Christ is accompanied by seven
disciples and that is why he opens the end of the times. Six represents a
portion, the portion of the work. Only the rest means wholeness, because it
represents the perfection.
In the Talmud, the Hebrews also saw
number seven as the symbol for the human totality. Male and female at the same
time; and this trough the action of the four and the three: in fact, Adam
receives the soul, that gives him complete existence, in the fourth hour; then he
receives his companion in the seventh hour, this means that he splits into Adam
and Eve.
The seven is also a sacred cipher for
the Mayas and the Incas. In Africa, the seven
is a cosmic cipher for the Mongolians. The mystical physiology of the Sufis is also founded on the septenary.
Authors, like Semañani, describe seven
subtle organs or covers, each one belonging to the typification of a prophet in
the human microcosm.
The first one is the subtle corporal
organ, called the Adam of your being.
The second one belongs to the soul,
called the Noah of your being.
The third one belongs to the heart, called
the Abraham of your being.
The fourth subtle organ belongs to the
centre, the secret, the threshold of the supra-conscience… it is the Moses of
your being.
The fifth subtle organ is the Spirit…
it is the David of your being.
The sixth is the Jesus of your being.
The seventh is the Mohamed of your
being (corl.2385).
Dictionary of Symbols Jean
Chevalier and Alain Gheerbrant (Ed. Herder)
Este East
Palermo, City of Buenos Aires
Florida Station
Riachuelo,
City of Buenos Aires
La
Boca, City of Buenos Aires
Proa Museum,
La Boca, City of Buenos Aires
Mercedes,
Buenos Aires
Florida, Buenos Aires
Tomás Jofré, Buenos Aires
Florida, Buenos Aires
Mar del Plata, Buenos Aires
Mercedes, Buenos Aires
Tomás Jofré, Buenos Aires
Rose
Garden Palermo, City of Buenos Aires
Cariló,
Buenos Aires
Oeste West
Penitentes, Mendoza
Potrerillos Dam, Mendoza
Penitentes, Mendoza
Terrada Street, Luján de Cuyo, Mendoza
Luján de Cuyo, Mendoza
Penitentes, Mendoza
Lunlunta, Maipú, Mendoza
Rose Garden Parque San Martin, Mendoza
San Javier Traslasierra, Córdoba
La Cumbrecita, Córdoba
San Javier Traslasierra, Córdoba
Sur South
Onelli Bay, Santa Cruz
Perito Moreno Glacier, Santa Cruz
Seven Lakes Road, Neuquén
Manzano Bay, La Angostura, Neuquén
Quila Quina, Neuquén
Quechu Quina, Neuquén
Seven Lakes Road, Neuquén
Meliquina, Neuquén
Córdoba Pass, Neuquén
Seven Lakes Road, Neuquén
La Angostura, Neuquén
Quechu Quina, Neuquén
La Angostura, Neuquén
Manzano Bay, La Angostura, Neuquén
Quila Quina, Neuquén
Villa Traful, Neuquén
Quechu Quina, Neuquén
Onelli Glaciar, Santa Cruz
Fagnano Lake, Tierra del Fuego
Martial Glaciar, Tierra del Fuego
Ushuaia, Tierra del Fuego
Fagnano Lake, Tierra del Fuego
Ushuaia, Tierra del Fuego
Norte North
Catamarca
Molinos, Salta
Cafayate, Salta
Catamarca
Cuesta del Portezuelo, Catamarca
Tucumán Jungle, Tucumán
Reserva Indios Quilmes, Tucumán
Route 7 to Cachi, Salta
Calchaquíes Valleys, Jujuy
Humahuaca, Jujuy
Purmamarca, Jujuy
fin del libro PUNTO CARDINAL de
Moni Indiveri de Vega y José Vega
Editorial Nuevohacer
Grupo Editor Latinoamericano