El Amor se expande al crear lo que su sabiduría plena
le sopla. La belleza toma forma en lo disímil. Recorre todo en lo perfecto y da
las condiciones para que se desarrolle allí. “Y vio que era bueno”. El único ser de toda la Creación que ha sido
hecho a su imagen y semejanza. El señor de lo creado con todo a su alcance. La
felicidad para la que estaba destinado le ayuda a descubrir lo bello. Contempla
tanto amaneceres como puestas de sol. El crecimiento del verde que cubre el
suelo. Los frutos de la tierra en variedad de formas y colores. Los degusta y
se deleita una y mil veces en el Paraíso que le ha sido regalado.
Sin embargo, el
fruto del árbol prohibido lo lleva a no aceptar su incompletud. Quiere ser como
Él, el que le regaló el soplo. Alcanzar el infinito. Adueñarse de todos los
sentidos y las posibilidades en la medida que son en su Creador.
El
Edén no fue suficiente. Quiso más. Y creyó conseguirlo cuando se soltó de la
mano de Dios. No alcanzó a darse cuenta de la pérdida que vestiría todo de
opaco y triste, o no quiso hacerlo.
Tuvo que iniciar un nuevo camino
donde el esfuerzo fue el precio. Un sudor no reconocido cubrió su frente y su
cuerpo. Una espina se alojó en su corazón para siempre. Buscó la belleza desde
entonces, casi con desesperación. Intentó e intenta, en todo lo que hace,
volver a imprimir lo bello. No sólo en lo que lo circunda sino también en lo
que, a causa de su elección, se había escapado de él mismo.
Condenado a vivir de otra manera, indaga. Quiere reconstruir
lo que ha perdido. En su afanosa búsqueda queda entrampado. Las soluciones no
se le presentan claras y luminosas. Una sombra oscura lo desorienta paso a
paso. Múltiples bifurcaciones lo esperan en el camino. Con dolor paga cada
equivocación en ese permanente optar. La verdad se esconde y se le hace difícil
asir la belleza para que permanezca nuevamente en la Creación.
múltiples formas
de un profundo amor humano
son el camino para lograr
el éxtasis
vislumbrar el Paraíso
el Amor
la Belleza
fotografía de José Vega
texto de Moni Indiveri de Vega