Atravesar las crisis,
deja raspones en el alma. Descifrarlos nos hace
descubrir el itinerario
del nuevo camino a recorrer. Cada vez que se
camina en círculo, abonada
se siente la tierra, sedienta de las nuevas
semillas que todavía
quedan en la alforja, del sembrador que somos.
Todo avance trae
nuevos desafíos a los que no hay que desconocer ni
darles la espalda. Únicamente
la verdad hará que el cristal en que
nos miremos, no
desdoble la imagen y nos veremos tal cual somos.
Amaremos cada señal
que el tiempo dejó en nuestros rostros.
Dibujada
en el tiempo, la
historia de lo que hayamos construido. Cada borde,
llevará el aliento
hasta los labios y serán más hermosos en la sonrisa.
Los ojos darán luz y
las manos agudizarán su destreza, para ser garras
en el ascenso
pronunciado. Llegaremos al velo en
repliegue, para
mostrar la nueva
etapa. Absolutamente nada, habrá sido en vano.
Estoy
cada vez más segura de lo que quiero aunque
deba
repetir cada experiencia que me hizo descubrirme.
Alejarme,
poder mirarme, derramar las lágrimas
necesarias
que purifiquen los errores cometidos.
Ponerme
de pie en toda mi altura y volver a caminar
hacia
el umbral de un nuevo estadio de plenitud,
jamás imaginado. Ser feliz, muy feliz, mezclar
las risas
y los llantos y postrarme a los pies, Del que tanto nos ama.
texto de Moni Indiveri de Vega
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