CARTA A LA REPÚBLICA

CARTA A LA REPÚBICA

11 de Agosto de 2017

A VECES EL MAL PUEDE SER LA PUERTA DEL BIEN

           Hoy viernes 11 del mes en curso, siento que por fin podemos hacer un poco de silencio en nuestro interior y así buscar un lugar apropiado para conseguir la paz necesaria para que la libertad personal ocupe espacio en cada uno de los argentinos, para podernos comunicar con lo que nuestro interior grita queriendo despertarnos de la confusión que nos rodea.

          Es necesario tomar con amor y responsabilidad republicana la decisión de:    

a quien le vamos a dar nuestro voto el domingo

         Sentirnos individualmente libres para decidir responsablemente quienes son las personas con mejores condiciones, de acuerdo a los valores que no se negocian.

        No solo debemos sentirnos libres, también  recordemos que únicamente la verdad y el amor nos llevarán por el camino correcto.

       Somos una realidad de trigo y cizaña. En cada uno de nosotros hay una capacidad de bien y de mal. Lo importante es que nuestras opciones sean tomadas por sumas de bien en lucha interior, donde lo bueno sea lo que triunfe.

      Ruego a Dios nos ilumine para abordar el camino del BIEN que nos lleve al deseo de conseguir la unión del futuro para nuestra Patria, que sólo se podrá lograr, con el diálogo  ( búsqueda de la verdad para todos compartiendo y no compitiendo).

         Moni Indiveri de Vega

DNI   4138404

FLORECER A LA VIDA

Ser flor que inunda con su perfume
color que emerge de la monotonía del verde

orar sin mover los labios
al Padre Que está en los cielos

ser flor
calmar las tristezas
de este mundo alejado de Dios.

fotografía y poema de Moni Indiverii de Vega

SER ABUELA

                                                                                             fotogafía de José Vega

SER  ABUELA                  

          ¡Son mi  alma, en parte!

          ¡Son mi carne, en parte!

          Aunque  toda mi alegría.

          Amar y quedarme en ese sentimiento que  llena el alma .

          Sentir el dolor de parir, sin estar pariendo.

          Escuchar el grito que inaugura la vida de ese ser que tiene tanto que ver conmigo, pero  que no es mío.

          Si hay algo en que doy uno y recibo cien nuevamente.

          Si hay una empresa que no es propia, pero de la cual me siento sostén invisible.

          Si hay una mantilla en  la que caliento el cuerpecito de ese nuevo ser,  aún junto a aquél que,  para mi corazón,  es mi niño o mi niña.

          ¡Eso es ser lo que soy!

          Aprendiendo a callar.  Dejando que el  camino que inician lo transiten  según su saber y entender.

          Sin  cruzar el límite que marca dónde comienza la libertad del otro, la intimidad de esa nueva familia.

          Apretar la mano de mi compañero,  tan autor de la vida  de ellos, como yo.  Compartir la experiencia de ser la base de un abanico que se abre, pleno de colores diferentes. Nuevas identidades que  algo nuestro tendrán.

          Y el cuerpo que envejece, rejuveneciéndose, para alojar en el hueco de  sus brazos a la tierna vida que palpita. He de cantarle una canción de cuna que  aprendí  en los brazos de  mi madre.

          Testigos del crecimiento de las familias de cada uno de nuestros hijos.

          La vieja casa llena de nuevas voces.

          Preguntas cuyas respuestas están, pero esperan el momento oportuno para ser dadas.

          Y mi cara lamida con el primer beso de ese ser que me recuerda a otro, mientras mis manos tejen puntadas a la par que ilusiones. Imágenes del pasado y el futuro, borrando los límites del tiempo y el espacio.

                                                  

                                              Moni Indiveri de Vega                       

          de su libro “Voces del  alma”  (Edición Noviembre del 2001)

NO ALCANZA A CUBRIR EL FRÍO

en los truenos

las vocales sin poder

como regaladas

para alimentar el amarillo

besos de seda escondidos

en el plisado de las horas

(algo roza

pero no alcanza

a cubrir

el frío)

fotografía y poema de Moni Indiveri de Vega

COMO SEDES AÑEJAS

oro en la piel

aguas cristalinas en las manos

caen como cuentas

de un rosario

calman sedes añejas

un impulso conduce

una fuerza vence la ley de gravedad

la fealdad queda ad-herida

a la tierra

fotografía y poema de Moni Indiveri de Vega

florecer en luz

El brillo a sus espaldas recorta el perfil 

un cielo diáfano engarza una a una las Gracias recibidas 

y ella excediéndose de sí 

hace nacer lo que completa la Gran Obra

florecer en luz

atraviesa la dermis

y ve cumplido lo que El dibuja en el tapiz

con hilos de amor dorado

poema de Moni Indiveri de Vega

LO NO DICHO

            Un gesto delata el disgusto. No era su intención dejarlo escapar. Aún así ya no le pertenece. Toma autonomía lo no dicho, deambula hasta habitar adonde se introduce. Tierra fértil encuentra donde podría  reparar la paradoja, reconstruir lo bello. Una vez  habitada, por  largo tiempo en ella, reposa. A su vez crece, llega a lugares adonde puede desparramar su perfume. Se hace idea que busca salir del nuevo cuerpo que habita. Fortalecido viste lo necesario para llegar a ser palabra. Mueve al cuerpo en el aliento. En el rojo sin abrir los labios, lo mastica para lanzarlo al vacío por esa boca que prefiere escupirlo.

collage de José Vega

texto de Moni Indiveri de Vega