1
de espaldas
los ojos
conectados con el cuerpo
2
el latido
como afiladas agujas
en las yemas
la locura del músculo vibtrátil
una corriente se esparce
en el mismo ritmo
los torrentes rojos
canales
involucrando el resto
3
la cabeza que se abre paso
desplazada sobre ruedas
en el estrecho pasillo
4
los rostros amados saltan
de los marcos
reclinándose
sobre su cuerpo
brusco descenso
en cada partícula de su perímetro
en el abandono de lo propio
abrigada por paredes
muy blancas
el desacompasado
latido
la adentra en las cavidades
de sí misma
la soledad se cierra como una flor
del otro lado
murmullos
5
tras la bata asoma la piel
una y tantas veces
atravesada
el doble rectángulo vidriado
muestra descaradamente
el afuera
cielo plomizo
y
las preguntas las preguntas
taladrando la memoria
6
el pequeño músculo
golpea
los dedos se afinan en el intento
de atrapar la vida que se encoge
la serenidad recortada
en su origen
7
nada la altera
es más bien una nueva sensación
que da sabiduría
maravilla la ausencia
de temores
no se borra la sonrisa
siente los ojos
iluminados
8
el viajero nocturno
se esfuma
casilleros vacíos
9
el cuerpo diseña lo nuevo
tratando de eludir
el pantano
las pantuflas rosadas
sostienen ese cuerpo
abrigada con su nueva bata
inicia el recorrido
10
las puertas se abren
la mano amorosa
le brinda sostén
vuelve a duplicarse
la sombra
en el nuevo trecho
salpicado de
lluvia
collage sobre papel de José Vega
poema del libro LA CEGUERA DE LA NUCA
de Moni Indiveri de Vega
Editorial Nuevohacer
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