No tenían cuerpo,
pero estaban.
Inicialmente eran tres
potencialmente muchas más.
Crecieron con el tiempo,
desbordando trascendencia.
La capacidad de amor se ponía de manifiesto
desde el llanto a la risa a cada instante.
La inteligencia ayudaba a ir descubriendo
el mundo que la contenía y el interior que sólo ella podía conocer.
Y nació la voluntad
cauce a recorrer para ser libre.
Fueron las tres que, combinadas de formas diferentes,
hicieron un ser único e irrepetible.
Gestos y actitudes impregnadas de ellas
iban forjando su personalidad.
Luces del Espíritu de Dios la iluminaron
y la felicidad tomaba diversas formas.
Momentos de penas y alegrías
sumarán o restarán.
collaage de José Vega
poema del libro VOCES DEL ALMA
de Moni Indiveri de Vega
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