Llorar de dolor ante la tumba vacía.
Peor aún, ante el Resucitado.
Peor aún, ante el Resucitado.
Sin confiar lo suficiente en su amor, que cubre todo por igual
y lleva su viento hasta lo más recóndito.
y lleva su viento hasta lo más recóndito.
Si la fe permaneciera.
Si la
confianza alcanzara para aceptar lo que nos ocurre,
elevándonos hasta donde
habita la esperanza.
Mundo lacerado, rengo, que no aminora la velocidad de la
sinrazón que lo impulsa a la ceguera.
Si pudiéramos aceptar la realidad y ofrecerla.
Sólo Tú sabes que hacer con el dolor.
Sólo Tú le sacarás fruto a los golpes de la vida.
Sólo Tú nos esperas con tu Padre al final de la rutina,
y nos das consuelo.
y nos das consuelo.
Pero a veces olvidamos que te encuentras en nosotros,
tan dispuesto.
tan dispuesto.
Si te dejáramos sanar nuestras heridas, enjugar nuestro
llanto.
Poner sonrisas, transformando las muecas y las máscaras.
Tu paz llenaría cada resquicio, dulcemente, hasta atravesar
nuestros umbrales.
No temamos vivir el día a día,
sin la angustia de esperar la madrugada.
sin la angustia de esperar la madrugada.
Sintiendo que la fuerza
combustiona de tal forma,
que multiplica las partículas de amor e imprime
las miradas de ternura.
que multiplica las partículas de amor e imprime
las miradas de ternura.
FELICES PASCUAS
Moni y José Vega
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