la
parálisis
la
mudez
no
dejan asomarse
el
grito se estrangula
en
el origen
salpicado
y pegajoso
no
permite arrancar el barro
solo
somos una hoja que deambula
una
cara sonriente que esconde
una
levedad que se adentra
escarbamos
con las uñas y los dientes
que
se hacen melodía
la
mano bondadosa acaricia el error
una
tibieza roza
es
de los sueños que son
sólo
sueños
bifurcado
el camino
no
extravía
persiste
un comienzo
el
del mejor viaje
sobrevuelo
en campos amarillos
luciérnagas
posándose
y
estar finalmente en espera
reconocer
la blancura de ese manto
que
se abre y que te oculta
de
quienes no quieren
verte
fotografía y poema de Moni Indiveri de Vega
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