“.
. . y el hombre fue poniendo nombres
a todos los ganados, a todas las aves del
cielo
y a
todas las bestias salvajes” . . .
Génesis 2, 20
en
el fondo dorado
del
anochecer
sus
contornos
dibujada
perfección
también
cisnes al unísono
epifanía
de la luz
sus
cuellos
de
curvatura delicada
inclinan
las cabezas
los
perros y sus dientes
bandadas
de pájaros
y
unas hojas del verde
más
tierno
nubes
azules reflejan
la
iluminación de la luna
una
niña alza su mano
quiere
tocar
y
los tambores suenan
su
tribal melodía
nadie
es propietario
de
la desnudez
los
cuerpos danzan
hasta
que la luz asoma
el
naranja tiñe el amanecer
no
se detiene Adán
y
pone nombres
fotografía y poema de Moni Indiveri de Vega
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