desprenderse
de la inspiración todopoderosa
fisura al hombre
ausente
de memoria
los mordiscos
inyectan el veneno
y lo inclinan
él tenía vergüenza
escondió su desnudez
como un desierto
modificado por la brisa
sin poder mirar a esa Voz
todo lucía diferente
ya no eran música las palabras
un cansancio no conocido
en todo el cuerpo
humedad en las mejillas
más polvo de la tierra
que soplo divino
la novedad como una carga
dolorido sin
entender
conoce el desenlace
una espada de fuego
custodia ahora el camino
hacia el árbol de la vida
poemas del libro "El Pez Muere Dorado"
Moni Indiveri de Vega
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