era confiado
y
se dejó llevar por un arroyo
casi seco
no
sintió salpicarse
las botas
ni
empapadas
las
sedientas márgenes
un
ruido atronador anticipó
la
mole de tierra en su caída
ella
también quería acomodarse
en
ese lecho
la
inclinación de un álamo
se
hizo mano
y
(pudo
guardar
lo
que sin saber
buscaba)
texto de Moni Indiveri de Vega
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