cada mínima nervadura
que sostiene la quebradiza hoja
cada mínima pluma que
la brisa desplaza
engarzada en su pico
construye en el ángulo
más resistente
de la rama
el frágil nido
que dará cabida
al más pequeño de los huevos
sus alas y su largo pico
en su particular aleteo
colibrí
(almas
de los guerreros
aztecas)
encogiendo tus patas
solo pico y cola
asomarán
hasta que el brillo
de tu lomo
despierte la continuidad
de tu especie
texto: Moni Indiveri de Vega
fotografía: José Vega
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