Un
amor fortalecido en las carencias, son las raíces que
sostienen el crecimiento
que nos hizo uno, manteniendo nuestras
propias capacidades y diferencias. Roles asumidos de todas las
formas que toma, lo
que se da y se recibe entre hermanos.
Y se hizo una constante el desarrollar los
lazos que nos unieron
tanto en la ayuda como en la risa que despierta lo que se
comparte. Seguimos siendo cuatro, ahora cuatro más. Nuestras
cabezas encanecidas que buscan seguir compartiendo
cómo remontar el barrilete . . .
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