miércoles, 9 de marzo de 2016

MUJER



         Sonrisa de mujer buscaba, y era su madre o  su abuela y porqué no Rosita, “la muchacha” como le decían.
         Sonrisa de mujer que domó sus furias y apaciguó el dolor de no tener una  a su lado.
         Saberse hombre, tan diferente a ellas y a su vez tan necesitado de esa presencia portadora del rostro materno del Creador.
         No es poca la ayuda que brindan para sacar para  afuera lo necesario para adueñarse de la propia identidad. Con más o menos género, pero sabiendo quien es o puede llegar a ser.
         Cómo  re-unirse  con la que lo complete como ser humano y asomarse al borde de su propia periferia. Distinguir los colores que emana. Pintar las costuras que unan esencias. Dibujarla en la mente con puntillas y bordados. Ellas son siempre hermosas y dispuestas a contener sonriendo lo que se gesta de a dos.



texto de Moni Indiveri de Vega

lunes, 7 de marzo de 2016

. . . y todo fue así

                                                                  “. . . y el hombre fue poniendo nombres
           a todos los ganados, a todas las aves del cielo    
           y  a todas las bestias salvajes” . . .  
                                                                                                                Génesis 2, 20


en el fondo dorado
del anochecer
sus contornos
dibujada perfección

también cisnes al unísono
epifanía de la luz
sus cuellos
de curvatura delicada
inclinan las cabezas
los perros y sus dientes

bandadas de pájaros
y unas hojas del verde
más tierno 

nubes azules reflejan
la iluminación de la luna
una niña alza su mano
quiere tocar


y los tambores suenan
su tribal melodía

nadie es propietario
de la desnudez

los cuerpos danzan 
hasta que la luz asoma
                              
el naranja tiñe el amanecer

no se detiene Adán
y pone nombres 

                             

fotografía y poema de Moni Indiveri de Vega
del libro EL PEZ MUERE DORADO
Editorial Vinciguerra

domingo, 6 de marzo de 2016

Apenas rescoldos entibian

soy el descanso forzoso
que los años dibujan 
las curvaturas
inclinan las fuerzas
gastadas en el roce
del paréntesis que abarca
dejando cada vez
menos afuera por-venir

sin llamas
el fuego
apenas rescoldos entibian
la rama se entrega al viento
fortaleciéndose en el ritmo
alterna misterio y  realidad
sueño y vigilia

el Universo
en su permanente
evolución

collage de José Vega
poema de Moni Indiveri de Vega
de su libro  EL PEZ MUERE DORADO
Editorial Vinciguerra

viernes, 4 de marzo de 2016

EL HOLOCAUSTO 1933 -1945

                                   . . . “la existencia desnuda
                                               resultó ser la única posesión”. . .
                                                           Victor Frankel
                                                     

los huesos
imprimen formas
en la delgadez
siete cuerpos ajustan el propio espacio en la litera
liberando los pliegues de los brazos
casi dislocados para sostener

de almohadas hacían zapatos cubiertos de lodo
el sueño pudo más
una sirena destemplada parte la noche
un reflector camina
las paredes de la barraca
en la orden           el temblor del miedo

hundiéndose en la nieve
las amenazas alimentan el horror

esa voz lastima
lo que permanece oculto




collage de José Vega
poema de Moni Indiveri de Vega

jueves, 3 de marzo de 2016

MENTES DORMIDAS



         Estrangulado por  la noche, el paisaje desaparece, pero está. Ni una mínima parte ha perdido su forma.
         ¿Qué oscuridad ha dormido la mente de los hombres? ¿Dónde permanecen las enseñanzas de Aquél que, hasta dio su Vida por nosotros?
         ¿Quiénes dibujan en las mentes palabras de confianza para que los corazones no sean de piedra?
         Si la piedra no se des-hace, imposible mojar lo que permanece en su interior. Sólo talla su periferia el roce del agua en la que nos sumergimos, pero no transforma lo necesario.
         ¿Se puede ver el pensamiento con los ojos? ¿Lo podemos moldear con las manos? Imposible, sin embargo existe.
         No hay hecho, bueno o malo, que no haya anidado en el pensamiento antes de nacer a la luz. Ni se ejecutó obra alguna sin haber sido antes concebida por la inteligencia.
         Todos pedimos justicia, aunque ella no se vea. Sabemos de lo que hablamos cuando clamamos por ella. Pero no hay justicia si no nace primero en las profundidades del ser, si hemos cortado el hilo que nos une con el Supremo Amor que rige nuestras vidas.
         Somos libres de optar, en cada bifurcación del camino. A pesar de no saber a dónde nos lleva cada uno.
         Somos libres para optar, pero sin pedir la luz que viene de lo alto, la elección puede ser la errónea.
         Lo más grande y querido resulta oscuro y silencioso para los sentidos. Dichosos los que han creído sin haber visto, dice el  Evangelio según San Juan 20-29.
         Si no acallamos los sentidos ni nos apartamos un poco de nosotros mismos, jamás seremos creyentes. En ese caso ni siquiera un milagro nos conducirá a la fe.  Nuestros ojos podrán ver algo y las manos podrán palpar alguna cosa; pero el alma quedará prisionera en nuestra propia oscuridad. No podrá ver a ese Alguien.
         Sólo el amor nos lleva a la fe, y la fe al amor, porque ambos nos conducen afuera de nosotros mismos. La razón nos acompaña hasta la puerta, pero no nos puede dar la llave que la vuelva a abrir, cuando se cierre.
         Si deseamos llegar más allá, que nos guíe la Fe.
         Que sólo ella tenga la llave de nuestra casa. (1)

(1)  Se puede leer el cuento CASA TOMADA, de Julo Cortazar para recrear esta meditación.
                               Moni Indiveri de Vega
                              (inspirada en un texto de 1968 de Juan Albanese)


fotografía de José Vega
texto de Moni Indiveri de Vega

miércoles, 2 de marzo de 2016

escuchar el llamado


espacio y tiempo
sostienen inquietudes

sueltan telarañas que detienen

reúnen lo que se adueña
de un espejo en la mente

nace un universo
se expande radical
interrogante

acomoda el conocimiento
libera de vicios
en la inmensidad en lo minúsculo

escucha el llamado

todas las herramientas
en cada célula


fotografía de José Vega
poema de Moni Indiveri de Vega

martes, 1 de marzo de 2016

ROCA Y AGUA



balbuceantes se rasgan
monstruos atronadores 
en el crecimiento de las aguas
cada trozo una forma
alimentan lo que no se ve

los ojos sin parpadear
los acarician
en la música de su lecho
fotografía y poema de Moni Indiveri de Vega