jueves, 19 de diciembre de 2013



              Eco de la belleza

dócil
toda la Creación es invitada
donde se la recibe habita la Verdad
puede alcanzar
su epifanía
en lo más recóndito
volverse habitación
del que nunca parte
sinfonía de hombres y ángeles
abriga
comparto la pasión
en ofrenda
la voluntad conducida
abisma el espíritu
nada detiene el impulso
en las paredes de la garganta
en la cosecha a la que me invitas
vestida  de pureza
como sueños eternos
ya iluminada
en un lapso perpetuo
y arribo a donde Tú
me quieras llevar
desde la altura poder verme
como Él me ve
define el flujo oceánico
de mi vocación
Poema final del capítulo III del libro "Lo/Cura"
Moni Indiveri de Vega


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