viernes, 27 de junio de 2014

bruma de otoño


       
                   Cubre desdibujando formas y tonalidades. Todo lo somete a 

su propio color espeso que, como una nata, esconde lo que quedó debajo de 

su inexplicable consistencia. Bruma o niebla (o como se llame) se desplaza 

devorando lo que encuentra en su camino. Un aspecto gelatinoso y denso 

compromete la respiración. Ya no es un aire limpio el que alimenta los 

pulmones. Lo visible pierde las gamas del otoño y se mimetizan las formas y 

las distancias. Aún así conserva la belleza.

fotografía de José Vega
prosa poética de Moni Indiveri de Vega

No hay comentarios:

Publicar un comentario