viernes, 12 de septiembre de 2014

La orilla familiar



Un curso de agua, quieto y calmo se desliza sin perder su transparencia ni entorpecer el silencio. Y era mi paseo por su orilla recordando otra tiempos, iguales pero lejanos, donde mis pisadas no crujían en el aplastamiento de las hojas que desnudan el otoño. Mi pequeñez no olvidó aquellos momentos tan dejados atrás, en que mi padre me invitaba a recorrer esa misma orilla, pero perfumada a primavera. Recuerdo como mis manos no alcanzaban a sostener los ramilletes multicolores apretados entre mis flacos dedos, mientras me contaba historias familiares que poblaban mis recuerdos. De esa forma conocí a mis abuelos italianos, en relatos llenos de fantasías de largos viajes en barco y canciones napolitanas.
Cuando no se tuvo la posibilidad de convivir con las historias, los relatos oportunos construyen imágenes tan auténticas como la realidad. Siempre que las palabras dibujen con amor, lo que ellos vivieron.
fotografía de José Vega
micrerrelato de Moni Indiveri de Vega


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