domingo, 2 de noviembre de 2014

a una nieta. . .




























La luz de sus ojos. . .
y esa voz que remitía a cuentos y fantasías.

“. . .  y llegaste en pleno verano, hecha un bollito de suave piel que se pegaba a la de tus padres, haciéndote una con cada uno de ellos y todos los que tanto te amamos.
¡Qué feliz nos hiciste desde el primer momento!
Cómo creciste de rápido, con que seguridad y observación ibas aprendiendo a ser libre de sostenes y mandatos.
Una alegría avasalladora iba forjando tu hermosa y tierna personalidad. Nadie como vos para reír y amar sin retazos. Exigente con vos misma buscabas dando amor a raudales.
¡Cómo te quiero amorosa nieta!
Qué placer compartir cosas con vos. Muchas veces te miro y lo veo a tu papá, tan parecidos físicamente como en lo alegres, sensibles y cariñosos.
Me encanta perderme en la profundidad de tus ojitos, pequeños lagos de aguas tranquilas. Esperamos mucho de vos, te han sido dado múltiples talentos. Pero recuerda siempre que el tatita Dios quiere que seamos felices, muy felices. Que amemos tanto como nos gusta que nos amen. Él siempre está a tu lado para ayudarte a ser cada día mejor persona y acompañarte en los momentos difíciles de la vida.
Sigue creciendo como lo haces hoy, es la mejor forma de encontrar la felicidad. . . “  

fotografía y poema de Moni Indiveri de Vega

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